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UNO MÁS UNO
Una acción sencilla pero efectiva es hacer cálculos, sumar el tiempo que nos pasamos sin reír, con mala cara, bajo un estado de seriedad y enfado que a nada nos conduce. Sin darnos cuenta, pasamos mucho más tiempo con el ceño fruncido que sonriendo a quienes nos rodean. Así que el primer paso para ser conscientes de ello y, simplemente, sumar los momentos que pasamos sin reírnos. Luego pensaremos si esa actividad nos conduce a alguna parte y si nos sirve para ser más felices. Seguramente no. Entonces es hora de cambiar.